Nacemos, crecemos y morimos en grupo, y sin embargo vivimos en una sociedad que nos empuja hacia el individualismo y la desconexión. La terapia en grupo desde la Terapia Gestalt nos ofrece un espacio para recuperar lo esencial: la capacidad de mostrarnos auténticos, de ser vistos sin máscaras y de transformarnos en relación con otros.
Leticia Gómez-Delgado.
Nuestra sociedad está formada por los grupos primarios como son la familia y los amigos, y por las instituciones cotidianas como la escuela, los servicios sociales, los espacios laborales etc. Son grupos con intereses y reglas distintas según cada comunidad, pero lo que nos une a todas las culturas, es la necesidad del vínculo social. Esto es lo que nos une unos a otros, y a la sociedad. Y en mayor escala al mundo.
A nivel macro, observamos un deterioro del afecto y del vínculo social. Vivimos en una sociedad dirigida hacia el consumismo, hacia el neoliberalismo, y en definitiva orientada hacia el crecimiento del individualismo en detrimento del sentimiento comunitario. Existe por tanto una realidad social marcada por la puja constante entre dirigirnos hacia una mayor interdependencia e interconexión, o hacia el incremento de la autonomía e independencia. Lo obvio, es que, en el centro de lo social, están las dificultades en las relaciones entre las personas, que son dinámicas de poder que contraponen lo estratégico a lo íntimo.
Mirando el panorama sociopolítico actual, apreciamos la celeridad del día a día, el objetivo del triunfo, la competitividad, la preponderancia de la desconexión corporal. Es una era en donde el pensamiento positivo y la felicidad entendida como un estado permanente e inamovible, son el distintivo. Como consecuencia, la ansiedad, la desensibilización, la soledad, el vacío, la agitación, la compulsión y la confusión como individuos, tienen un crecimiento exponencial. Y todo ello, da lugar a numerosos síndromes y trastornos psicoafectivos. Hay una falta de límites claros que nos empuja a la actuación, y nos impide un apego seguro. No hay posibilidad apenas de reflexionar, de digerir y asimilar qué necesitamos para crecer, y qué necesitamos para ajustarnos convenientemente a nuestro entorno. Las dinámicas relacionales, no son contenedoras ni saludables.
Nacemos, crecemos y morimos en grupo. El grupo es de un lado lo que nos permite sobrevivir, nos da una referencia de quienes somos, y del otro lado, nos obliga a renunciar a nuestra individualidad. Pertenecer, nos lleva a un constante debate interno entre formar parte de, o atender y no perdernos de nosotros mismos. Y en Eleusis, entendemos la terapia en grupo como aquel escenario en donde podemos explorar y practicar nuevas formas que nos lleven a un mayor equilibrio entre ambos polos.
Un grupo, es un lugar en que nos reunimos diferentes personas, en donde podemos explorar nuestras emociones, nuestras relaciones, nuestras necesidades, los bloqueos que nos impiden estar más satisfechos o satisfechas en nuestras vidas, y en donde poder encontrar también nuestras potencias para crecer como personas. Diría que es un espacio en el que no estamos solos con lo que nos pasa, y en el que puede aflorar aquello que en el día a día callamos, ocultamos, o negamos.
Creo que lo común es que todos los grupos terapéuticos buscan el bienestar, y lo que marca la diferencia de Eleusis, es que la forma en que aplicamos La Gestalt se compromete con apoyar lo auténtico del ser humano -sea esto lo que sea-. La terapia en grupo nos permite conocernos más profundamente, no solo en lo bonito, es decir en nuestras luces, sino poder comprender los trozos que negamos de uno mismo, eso que a veces llamamos "la sombra", con la intención de integrar estas partes difíciles, y ser más completos y completas. Además, trabajamos desde el aquí y ahora por lo que no nos eternizamos buscando los por qué, y no quedamos anclados en el pasado. Esto nos permite encontrar herramientas para afrontar nuestro día a día, y tomar conciencia de cómo actuamos, cómo sentimos y cómo nos relacionamos con los demás. Si te paras a sentir ahora el para qué de aquello que haces, y cómo lo haces, puedes darte cuenta de qué necesitas.
El grupo tiene un objetivo común, aprender a relacionarnos con más salud y autenticidad. A través del darnos cuenta podemos ir transformándonos y enriqueciéndonos con los aprendizajes propios y con el de los otros. El fin último es lograr más adaptabilidad, y mayor autonomía, para ir afrontando los problemas de nuestra vida. Lo que me apasiona de la Gestalt y del trabajo en grupo, es que, desde el presente, movemos nuestras memorias, nuestra historia personal, y el grupo, es como un coro que ayuda a darnos cuenta, pues a veces en el grupo veo a mi mamá, otras veces veo a mi pareja, o en ocasiones el grupo actúa como autoridad, entre otras imágenes. Y experimentar en el cuerpo las sensaciones que esto genera, nos permite encontrar maneras más adaptativas de relacionarnos con nuestro pasado, y con las personas y circunstancias de nuestro presente. Por tanto, diría que la terapia en grupo en Eleusis nos abre posibilidades para re-experimentar y re-vivir situaciones pasadas, desde un lugar nuevo. Nos lleva a responsabilizarnos de cómo nos tratamos a nosotros mismos y a los demás, y nos posibilita un nuevo horizonte en el que vivir.
Ahondando en el sentido del grupo, vemos que es un campo multidimensional, en el que se manifiestan patrones viejos de comportamientos, creencias limitantes que hemos aprendido, miedos, inseguridades, y defensas, entre otras tantas fuerzas internas. Y al hacerlas conscientes, podemos generar un espacio interno nuevo. Además, la fuerza del grupo radica en que es un espacio dinámico, en donde yo toco a los demás, y los otros, me tocan a mí. Es un resonador constante. No teorizamos sobre lo que me pasa. Atravesamos lo que me pasa, lo sentimos, lo respiramos, lo encarnamos. Y esto es muy poderoso porque surge en la relación con los otros, que son testigos de mí. Ahí es donde abrimos la posibilidad de reconocernos y ser reconocidos por el grupo, tal y como somos, sin máscaras. Cada uno al compartirse, despierta algo en los demás, sensaciones, emociones etc, y esto, va cambiando en cada encuentro porque el grupo, es un organismo dinámico. Por una parte, es un desafío, y por otro lado es un sostén que nos lleva a una verdadera conexión con quienes somos realmente, para estar en el mundo con más plenitud y con más presencia.
La Terapia en grupo en Eleusis, es un agente vivo y activo en donde nos diferenciamos de la familia de origen y en donde vamos desmontando esos personajes adquiridos que nos han permitido sobrevivir, pero que al mismo tiempo nos impiden vivir. Porque sobrevivir, no es lo mismo que vivir. Sin duda, el grupo es una herramienta que nos sirve para salir del "piloto automático" con el que estamos acostumbrados y acostumbradas a identificarnos. Nos permite despertar, salir de nuestra ceguera, pues los otros, nos hacen de espejo. El grupo nos posibilita ver nuestras proyecciones, y comprender qué nos pasa en las relaciones.
Recordemos que todos y todas necesitamos pertenecer. Es una necesidad básica que tiene todo ser humano. Si partimos de la base de que no somos seres aislados, sino seres en relación, podemos llegar a comprender que, para entender a la persona, tenemos que comprenderla en su contexto de vida. De forma clara apreciamos que "ser" y "sentirnos parte de", es algo que nos surge de bien pequeños, y a lo largo de nuestro desarrollo con el grupo de pares, en la pareja posteriormente etc. Nacemos con esta necesidad afectiva y de contacto y gestálticamente hablando, podemos ver que el "yo" no existe sin un "nosotros", y el "nosotros", no existe sin un "yo" y un "tú". Por esto, en Eleusis, nos enfocamos en una intervención biopsicosocial, y tomamos en cuenta la totalidad de la persona, es decir, nuestro ser, nuestro modo de aprehender el mundo, y cómo nos relacionamos con todo ello. Y creo que esta manera, nos conecta con nuestra humanidad, y nos ofrece alcanzar la mejor versión de uno mismo.
Pienso que ahora más que nunca, en el tiempo de crisis que vivimos, en el que las desigualdades y el desequilibrio social se muestra con toda su crudeza, es fundamental desarrollar y crear espacios de comunicación, de empatía, y de conexión, para contribuir a un mundo más amable y compasivo, más consciente. Y sé por experiencia propia, que esto es parte de lo que ofrece un grupo: sostén, reconocimiento, conexión, resonancias etc. En Eleusis alzamos la voz para recuperar la parte humana en las relaciones, abogando por ampliar nuestra conciencia en el aquí y ahora, recuperando la emocionalidad y la sensación sentida, con el objetivo de alcanzar un contacto más pleno, para recuperar nuestra espontaneidad, y nuestra libertad como seres humanos.
Comprendo la Terapia Gestalt como una terapia de contacto y, por tanto, el contacto está estrechamente relacionado con el apego y con las heridas que cada uno y que cada una trae de sus aflicciones en tiempos tempranos de desarrollo. Muchas veces me encuentro compartiendo que, si bien es cierto que hay una Gestalt, es decir unas técnicas propias del enfoque que usamos los terapeutas para invitar a tomar acción y a la experimentación, el cómo cada profesional encarnamos esa Gestalt, hace muchas posibles Gestalts. Lo que aportamos desde el equipo de Eleusis en el trabajo en grupo es la intimidad. Una conexión auténtica con el otro, dignificando y validando su singularidad y sus circunstancias. Acompañamos para que las personas amplíen su aprendizaje y tomen herramientas con las que se sostengan en su vulnerabilidad, frente al otro, y que puedan atravesar sus experiencias dolorosas. Es un aprendizaje vivencial en donde resignificamos el vínculo. Generamos un espacio de autenticidad y de seguridad, que hace posible que las personas desplieguen sus heridas y sus necesidades, en un clima de comprensión y compasión. Creo que nuestro propio camino personal conecta con poder acompañar al grupo hacia una mayor autoaceptación y por tanto más libertad para ser, y para generar los cambios que necesitan.
Sabemos que cada grupo es particular, cada grupo tiene sus formas, sus tiempos. Un grupo es único en sí mismo. Lo que sí puedo decir es que en la terapia en grupo en Eleusis surgen siempre temas centrales para el ser humano como la pareja, los vínculos con papa y mama o los hermanos, el trabajo, o la autoestima, por ejemplo. Acompañamos con lo que en cada encuentro cada participante va compartiendo de su vida, de lo cotidiano, de aquella historia de vida que sigue presente ahora. Vamos conectando emociones, gestionando los conflictos que puedan surgir entre el propio grupo. No hay un guion fijo y trabajamos con lo que surge, con aquello que en terapia llamamos el emergente. A veces como terapeutas observamos, intervenimos con algún ejercicio individual, en parejas, nos servimos del teatro o del movimiento corporal. Es un trabajo muy versátil y creativo. Esta es nuestra mejor herramienta, acompañar el momento con lo que surge.
Es un proyecto muy enriquecedor. Te conecta profundamente con lo humano y esto hoy en día es fundamental. Sobre todo, porque el ritmo frenético que llevamos como sociedad, impulsa la desconexión, al placer inmediato, y a lo superficial. Y en este mundo, poder crear islas de humanidad es esencial. Y esto es lo que queremos aportar desde Eleusis y más en concreto con nuestro proyecto del trabajo en grupo, un lugar íntimo, seguro, y confidencial, en donde poder mostrar que somos humanos y vulnerables, en compañía. Vulnerabilidad no es sinónimo de debilidad. Hay que ser muy valiente para estar ahí, en lugares profundos, dolorosos. Y con el grupo vemos que es posible la transformación, recuperar nuestra conexión con nuestro cuerpo, comprendernos y recuperar nuestra naturaleza con dignidad y amor. Y esto, es un lujo.
Tratamos de acompañar con honestidad. Las herramientas las tenemos, cualquier psicólogo o terapeuta puede aprender herramientas. Cuando miro a mis compañeras y compañeros, veo humanidad. Nos importan las personas, nos importan los vínculos, y desde ahí hacemos nuestro trabajo. Nos vinculamos, lo vivimos junto al grupo. Y además ponemos al servicio del grupo todo nuestro aprendizaje profesional no solo con la Gestalt sino con todo un bagaje de formaciones que llevamos en nuestra mochila. Con el objetivo de cuidar el vínculo, cuidar el grupo y hacer de él un espacio seguro de conexión y de pertenencia.
La trayectoria de Eleusis pone de manifiesto que la terapia en grupo es un eje central que nos vertebra y desde ahí, tenemos numerosas propuestas grupales, la formación en Terapia Gestalt, la formación en Eneagrama, los distintos talleres monográficos como Vergüenza y Soledad, o Relaciones Afectivas y como no, el Grupo de Crecimiento Personal. Sea como fuere, estamos comprometidas y comprometidos con la terapia en grupo porque sabemos de su poder para el autoconocimiento y la autotransformación.