Nuestros cuerpos nos proporcionan señales internas que nos dicen lo cerca que queremos estar de otras personas, cuáles son nuestros sentimientos y creencias, qué actividades nos resultan “cómodas” y cuáles no.
Estas señales - como por ejemplo, tensarse, apartarse, recostarse, apartarse, el impulso de empujar- son indicadores de que necesitamos establecer un límite. Comunicar un límite es ante todo una capacidad no verbal.
En esta jornada aprenderemos a sintonizar con las pistas somáticas que indican la necesidad de un límite, y exploraremos las posturas y las acciones físicas asociadas a la fijación de límites. También se aprenderá a diferenciar entre límites internos y límites físicos.