¿Cómo favorecer un buen desarrollo en la etapa infantil?

Leticia Gómez-Delgado Gutiérrez del Solar

Psicóloga Col. Madrid 27167. Terapeuta Gestalt individual infantojuvenil, adultos y parejas. Axiómetra. Especializada en orientación psico-afectiva con niños, adolescentes y familias, y en intervención en Dificultades Específicas de Aprendizaje (DEA). Experto en Psicología Perinatal.

10-01-2020

Durante el desarrollo de la etapa infantil, el tacto toma un papel principal. Todo lo que produce placer en el bebé, contribuye a un buen desarrollo y maduración de las funciones superiores del cerebro. Hay que mirarles, sostenerles en brazos, acariciarlos, llevarlos juntos a nosotros, jugar y divertirnos con ellos para apoyar de manera saludable la neuroquímica de su cerebro. Ignorar sus sentimientos y necesidades no les permite aprender a cómo regular y manejar su emocionalidad.

En este sentido Sue Gerhardt, psicoterapeuta centrada en la observación infantil, propone que el hecho de que permitamos a los bebés ser totalmente dependientes, es lo que hace que sean luego adultos independientes. Pero esta idea, choca de frente con nuestra cultura. Aunque hay certeza de que el sistema fisiológico de la madre está dispuesto en esta mirada ya que ante el llanto del bebé el cortisol inunda su torrente sanguíneo y su cerebro experimenta cambios que favorece que corra a atenuar el malestar de su hijo o hija y le acondiciona para llevar mejor ese tiempo de lactancia, la cultura en pautas de crianza a veces opone mucha resistencia a que esto ocurra. Cuántas madres han escuchado mensajes como “deja que llore en la cuna, ya se calmara”, “si siempre le atiendes le vas a hacer dependiente”, “no es para tanto, estas exagerando” etc. Y así los niños, desde bebés, van aprendiendo las pautas sociales con las que serán reconocidos por el grupo y con las que interaccionar.

Por fortuna, en España cada vez hay más profesionales que estamos formándonos en el campo de la psicología perinatal de cara a orientar a los padres en apuros y poder acompañarles y apoyarles a comprender cómo atender las necesidades de los bebés y orientar a nuestra sociedad hacia un cambio educativo, pues sin relaciones atentas y afectuosas el recién nacido, tiene menos probabilidades de convertirse en un adulto física y psíquicamente saludable.

Ayudar a padres y madres en comprender que los intercambios de contacto y las rutinas permiten que su hijo o hija perciba el mundo como algo seguro, y que su cercanía física en los primeros momentos de vida será lo que les permitirá prepararse para una futura cercanía a otros y crear vínculos afectivos satisfactorios, es también poner nuestra atención en un modelo preventivo social para la salud mental.

Instagram
Facebook
Nuestra web utiliza Cookies para ofrecerle un mejor servicio. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Ver política de cookies.